LA VEGETOTERAPIA CARACTEROANALITICA (V.C.) DE W. REICH Y LA CLINICA POSTREICHIANA

LA VEGETOTERAPIA CARACTEROANALITICA (V.C.) DE W. REICH Y LA CLINICA POSTREICHIANA

“Como los pescadores, nosotros los científicos, perfectos ignorantes, sentados en las orillas de la corriente de la vida echamos nuestros anzuelos mas o menos al azar. Uno de nosotros saca barro y algas, otro pesca una pieza de oro, pero, de vez en cuando, un tercero surge con algo que cambia parte del mundo”. (Carta de Reich a su esposa en 1934)

1.- EL ANÁLISIS DEL CARÁCTER, APORTACIÓN PSICOANALÍTICA

Reich no partió de un paradigma, sino que lo fue creando a partir de lo que escuchaba y observaba en sus pacientes. Es decir, creó los presupuestos de la nueva disciplina mientras la estaba desarrollando, para dar posibles respuestas a los problemas técnicos que dificultaban el proceso terapéutico y para que los límites de la propia técnica no impidieran que se beneficiasen del proceso personal que, en base a su diagnóstico, se excluían del psicoanálisis. Con esta posición, a partir de la lógica de la investigación misma, efectuada con un rigor científico admirable (“action research”), se abre una posibilidad de acceso metodológico a la dimensión de la «subjetividad» de la persona, hasta entonces inexplorada ya que el empirismo-experimentalismo de las ciencias positivas se centraba exclusivamente en la dimensión objetiva del ser humano.

En esta andadura, Reich, desde su posición de responsable didacta en Viena, contribuyó a la construcción del corpus técnico psicoanalítico. Entre sus principales aportaciones se encuentra el concepto de «estructura de carácter»,que definió como la suma organizada de defensas desarrolladas a lo largo de la historia de cada individuo para paliar el estrés y el sufrimiento, creando mecanismos de regulación secundarios para mantener un equilibrio dentro del desequilibrio. Conclusión que llegó por las modificaciones que introdujo buscando una mayor eficacia en la resolución de algunos casos clínicos: “En lugar de inducir al paciente al análisis mediante el consejo, la admonición y las maniobras transferenciales, concentramos nuestra atención en su conducta real y en el significado de la misma: por qué duda, llega tarde, habla de manera altanera o confusa, comunica sólo uno de cada tres o cuatro pensamientos, por qué critica el análisis o produce material excepcionalmente abundante, o bien material proveniente de profundidades excepcionales. Si, por ejemplo, un paciente hable en forma altanera, en términos técnicos, podemos tratar de convencerle de que eso no conviene al progreso del análisis, que mejor renuncie a esa manera de hablar y adopte otra, por el bien de su análisis. O podemos dejar de lado todo intento de persuasión y esperar hasta comprender por qué el paciente se comporta de ésta y no de otra manera. Quizá descubramos entonces que sus comportamiento es un intento de compensar un sentimiento de inferioridad ante el analista y podamos influir sobre él mediante una interpretación consecuente del significado de su proceder. Este procedimiento, a diferencia del mencionado en primer término, está en total acuerdo con el principio del análisis.

Este intento de reemplazar las medidas pedagógicas y otras medidas activas similares, al parecer requeridas por la conducta característica de los pacientes, por interrupciones puramente analíticas , condujo en forma inesperada al “análisis del carácter”[1]”(Reich, 1933) , cuyo foco de intervención principal será el carácter en cuanto clivaje defensivo por un lado y resistencia por otro, y no el síntoma clínico en sí mismo. : “Comparado con el rasgo de carácter, el síntoma posee una construcción muy simple en lo que se refiere a su significado y origen, cuanto mas ahondamos en sus determinaciones más abandonamos el dominio del síntoma y más clara resulta la base caracterológica de reacción. Así podemos llegar a la base caracterológica de reacción de cualquier síntoma”(Reich,1933)

Siendo por tanto el síntoma una respuesta que depende de una base caracterial para manifestarse:“Mientras el síntoma corresponde esencialmente a una sola experiencia o esfuerzo, el carácter representa el modo específico de ser de un individuo, una expresión de la totalidad de su pasado. Un síntoma puede desarrollarse en forma repentina, mientras cada rasgo individual de carácter requiere años para su formación, pero el síntoma no puede desarrollarse repentinamente, sin contar con una base caracterológica.” (Reich. 1933)

Lo que ocurre es que el carácter está asociado a una conducta yoica y por lo tanto no es “preocupante”, mientras que el síntoma es cuestionado porque es evidente el desequilibrio que produce. En ese sentido es una trampa porque nuestra percepción vive al carácter como egosintónico cuando es lo que está ahogando la expresión del yo :“El síntoma se experimenta como un cuerpo extraño y crea una sensación de estar enfermo, el rasgo de carácter está incorporado orgánicamente a la personalidad, en términos generales la comprensión caracteriza al síntoma y su ausencia al rasgo de carácter. El síntoma nunca está racionalizado tan afondo como el carácter, aparece carente de significado, mientras que el carácter se racionaliza en medida suficiente como para no aparecer falto de sentido o patológico[2].” (Reich. 1933)

Es por ello que Reich ve necesaria una práctica clínica cuyo foco sea el carácter y no el síntoma. Veamos la diferencia entre ambos tipos de praxis analítica con un ejemplo del propio W. Reich:“Con fines de orientación y a efectos de esbozar las diferencias esenciales entre el análisis del carácter y el análisis de síntomas, permítasenos suponer dos pares de pacientes, para su comparación. Imaginemos que tenemos en tratamiento al mismo tiempo dos hombres que sufren de eyaculación precoz: uno posee un carácter pasivo-femenino y el otro, fálico-agresivo. También tenemos en tratamiento dos mujeres con una perturbación digestiva: la primera es un carácter compulsivo y la segunda una histérica.

Supongamos además que la eyaculación precoz de ambos hombres tiene el mismo significado inconsciente: el temor al pene paterno en la vagina de la mujer. En el análisis, y partiendo de la angustia de castración que constituye la base del síntoma, ambos pacientes producen una transferencia paterna negativa. Los dos odian al analista (el padre) porque ven en él el enemigo que frustra su placer; los dos abrigan el deseo inconsciente de deshacerse de él. En otra situación, el carácter fálico-sádico se resguardará del peligro de la castración mediante insultos, desprecios y amenazas, mientras el carácter pasivo-femenino aumentará continuamente su pasividad, su sometimiento y afabilidad. En ambos pacientes, el carácter se ha convertido en una resistencia: uno esquiva el peligro con métodos agresivos y el otro trata de evitarlo mediante un sometimiento engañoso. Va implícito en todo esto que la resistencia caracterológica del paciente pasivo-femenino es más peligrosa, pues trabaja con medios escondidos: produce abundancia de material, recuerda toda suerte de experiencias infantiles, en pocas palabras, parece cooperar espléndidamente. En realidad, sin embargo, disimula un rencor y un odio profundos; mientras mantenga esta actitud, no tiene el valor de mostrar su ser real. Si ahora nos concentramos en lo que este paciente produce, sin prestar atención a su forma de comportarse, ningún intento analítico podrá modificar su condición. Puede incluso llegar a recordar el odio hacia su padre, pero no lo experimentará a menos que interpretemos en forma consecuente el significado de su actitud de disimulo antes de comenzar a interpretar el significado profundo del odio hacia el padre.

En el caso del segundo par de pacientes, supongamos que se ha desarrollado una aguda transferencia positiva. El contenido central de esta transferencia positiva es, en ambas, análogo al del síntoma, vale decir, una fantasía de fellatio oral. Pero aunque la transferencia positiva tiene el mismo contenido en ambos casos, la forma de la resistencia transferencia será muy distinta: la paciente histérica mostrará, digamos, un silencio angustiado y un comportamiento tímido; la compulsiva, un silencio rencoroso o una conducta fría, altanera. En un caso se esquiva la transferencia positiva mediante la agresión; en el otro, mediante la angustia. La forma de esta defensa será siempre la misma en la misma paciente: la histérica se defenderá siempre con angustia y la compulsiva, con agresividad, no importa cuál de los contenidos inconscientes esté a punto de irrumpir. Esto es, en un paciente la resistencia caracterológica es siempre la misma y sólo desaparece con las raíces mismas de la neurosis.

La defensa narcisista encuentra en la coraza caracterológica su expresión concreta crónica. Además de las resistencias conocidas que se movilizan contra cada nuevo trozo de material inconsciente, debemos reconocer un factor constante de naturaleza formal, originado en el carácter del paciente. Debido a este origen, denominamos tal factor de resistencia constante y formal, .

Resumiendo, los aspectos más importantes de la resistencia caracterológica son los siguientes:

La resistencia caracterológica no se expresa en el contenido del material sino en los aspectos formales del comportamiento general, en la manera de hablar, de caminar, en el expresión facial y las actitudes típicas tales como sonrisa, burla, altanería, excesiva corrección, la modalidad de la cortesía o la agresión, etc.

Lo específico de la resistencia caracterológica no es lo que el paciente dice o hace sino cómo habla y obra, no lo que denuncia en un sueño sino cómo censura, distorsiona, etc.

La resistencia caracterológica es siempre la misma en el mismo paciente, sin importar cuál sea el material al que va dirigida. Caracteres diferentes presentan el mismo material de manera distinta. Así por ejemplo, una paciente histérica esquivará la transferencia paterna positiva en forma angustiada; la mujer compulsiva, de una manera agresiva.

La resistencia caracterológica, que se expresa formalmente, puede ser comprendida en cuanto a su contenido y puede ser reducida a experiencias infantiles e impulsos instintivos, tal como sucede con los síntomas neuróticos (Mediante la comprensión de este hecho, el elemento formal queda incluido en la esfera del psicoanálisis, que hasta ahora se centraba primariamente en el contenido).

Durante el análisis, el carácter del paciente pronto se convierte en una resistencia. Esto es, el carácter desempeña en la vida corriente el mismo papel que en el análisis: es un mecanismo de protección psíquica el individuo está contra el mundo exterior y contra sus impulsos inconscientes”. (Reich.1933)

Ante tal evidencia clínica llega a la conclusión de que:“Si aceptamos el hecho de que la base de una neurosis sintomatológica es siempre un carácter neurótico, resulta claro que en todo análisis tendremos que ocuparnos de resistencias neuróticas del carácter, que todo análisis debe ser un análisis del carácter”. (Reich,1936)

El cual modificará claramente la praxis analítica dándole una mayor eficacia en cuanto que “Cómo se dicen las cosas es un tan importante para la interpretación como qué dice el paciente. A menudo oímos a los analistas lamentarse de que el análisis no marcha bien, de que el paciente no aporta alguno. Con ello por lo general se hace referencia al contenido de las asociaciones y comunicaciones. Pero la manera en que el paciente, pongamos por caso, se mantiene callado, o sus repeticiones estériles, constituyen también que debe y puede usarse. Difícilmente existe situación alguna en la cual el paciente ; nuestra es la falla si somos incapaces de utilizar su conducta como ”.(Reich, 1936)

Al mismo tiempo, su interés por la sexualidad y su intervención clínica en centros públicos ,donde tuvo la oportunidad de atender y observar el sufrimiento emocional de muchas personas, le llevó a la conclusión, radicalizando la posición de Freud, de que la incapacidad de abandono sexual, el miedo al placer, lo que denominaría “el miedo al orgasmo”, era algo común preguntándose el motivo, y estableciendo la hipótesis de que esa incapacidad podía estar creando una fuerte perturbación libidinal en cuanto que con las relaciones sexuales siempre habría un estasis sexual al no experimentar una descarga completa de la tensión sexual , y como consecuencia podrían producirse disturbios psíquicos y somáticos. Por tanto, desde esta perspectiva ,recuperar la capacidad orgásmica y de amar, abandono sexual durante el “abrazo genital” ( Reich, 1927) , sería uno de sus principales objetivos clínicos, el cual va muy asociado al carácter, en cuanto que dicha estructura defensiva es su condicionante, como veremos a continuación.

2.- LA SEXUALIDAD EN EL LABORATORIO

Es por tanto, en 1927, en Viena, cuando W. Reich, joven psiquiatra, psicoanalista didacta del círculo de Freud, plasma los esbozos básicos de su teoría del Orgasmo. Años después escribirá: “No hay duda de que en algunos círculos se hacen grandes esfuerzos para que el análisis del carácter sea «aceptado» sin la Teoría del Orgasmo… Pero cualquiera que haya estudiado a fondo el Análisis del Carácter se habrá dado cuenta del disparate de separar la Teoría del Orgasmo de la función de la formación del carácter humano” (Reich, 1950).

Partir de Reich, es partir de su Teoría del Orgasmo, base teórica de su marco teórico, que definió como “Economía sexual”, y que con su maduración posterior desembocaría en el paradigma denominado “Funcionalismo Orgonómico” ( Reich ,1952).

En el círculo psicoanalítico Reich ya había tenido sus conflictos previos a la edición de su libro “la función del orgasmo” publicado en 1927:

“En 1925 cuando presenté mi ponencia «sobre la genitalidad» se creó un tenso silencio en la sala. Se podía estar neurótico y llevar una vida sexual sana: nadie tenía ni idea de la función del orgasmo” (Reich, 1942).

El propio S. Freud escribe en 1928 una nota haciendo referencia a dicho libro en una carta a Andreas Salomé: “Tenemos aquí al Dr. Reich. Un valeroso aunque joven jinete de caballos de batalla que adora el orgasmo genital como contraveneno de la pulsión de muerte”.

Reich, siguiendo por tanto la teoría de la libido de los textos de Freud hasta 1920, parte de la tesis de que “la función sexual es por antonomasia el núcleo de la función vital” (Reich, 1927). Dicha función sexual permite el funcionamiento de lo vivo. Pero hay que tener presente que cuando hablamos de sexualidad nos referimos a la capacidad de placer, de alegría de vivir en todas sus manifestaciones. No hay vida sin sexualidad. Aunque ésta adopta múltiples formas. Desde la limpieza compulsiva del ama de casa que afirma «no sentir nada en la relación sexual con su marido» y no necesitar de «eso», hasta las prácticas masoquistas en su «trascender místico» de una religiosa con la figura de Cristo o los malabarismos de un faquir célibe. Todo ello son manifestaciones sexuales separadas de su función original: la Función del Orgasmo. Es por ello que situamos a la sexualidad como instinto, y a las manifestaciones sexuales como pulsiones. Lo primero es del orden de lo innato-biológico, lo segundo está condicionado por el factor cultural. Y en la sexualidad se dan ambas cosas con mucha más fuerza que en el resto de los instintos (comer, dormir), cuya posibilidad de cambiar de forma es nula, sólo cambia el ritual.

El desarrollo de la autorregulación, así como la maduración emocional sexual y psicoafectiva ,va estar condicionada por nuestros ecosistemas más próximos, el útero materno, la madre, la familia, y la escuela.

Reich, afirma que el animal humano es aquel que ha perdido su funcionalidad vital, perdiendo asimismo la capacidad de regirse por el instinto. Los sistemas sociales patriarcales y represivos no han permitido al mamífero humano encajar la dinámica instintiva en la dinámica social ,es decir, con lo cortical o racional de una forma funcional y saludable, por lo que necesitamos desarrollar unos mecanismos de defensa psíquicos y neuromusculares que componen la coraza.

Por lo tanto la necesidad de adaptación crea una estructura neuromuscular que tiene una serie de funciones, entre ellas la evitación de la angustia, es decir, la evitación de la sensación de la frustración desde la vida intrauterina. Pero al mismo tiempo provoca una reducción de la percepción en general y consecuentemente una disminución de la capacidad de sentir el mundo y la vida. Tal límite en la capacidad perceptiva, que va acompañado siempre de una distonía neurovegetativa, ocasiona , a su vez, unas limitaciones en nuestra capacidad de placer, de sentirlo y vivirlo. La capacidad de expansión se encuentra reducida porque el yo se haya refugiado, “protegido” por la coraza del yo, es decir, por el carácter. Nuestra conducta rígida, el carácter, es adaptativa pero a la vez limitadora de nuestra potencialidad, con un substrato neurofisiológico y neuromuscular que alcanza a constreñir la capacidad de abandono, la capacidad orgástica. Por eso diferenciamos, como ya lo hacía Reich, “orgasmo” de acmé. Lo que normalmente entendemos por orgasmo es el acmé, en cuanto descarga mecánica de un cúmulo de tensión.

La capacidad orgásmica, de abandono, de expansión, se traduce a niveles neurofisiológicos en la acción libre del sistema vagal o parasimpático, al mismo tiempo que hay un claro aumento del nivel energético. Pero como hemos visto anteriormente, esa capacidad se encuentra limitada, el organismo acorazado no puede acceder a ella y por lo tanto habrá una limitación a su vez en la regulación energética.

Reich se interesará en la regulación de la economía sexual que llevamos a cabo los seres humanos, observando que por dicha limitación en la capacidad de abandono o experiencia orgástica, disponemos de una economía sexual perturbada.

A esa experiencia orgástica, Reich llegó a denominarla experiencia transpersonal, afirmando que puede llegar a conseguirse en esos determinados momentos de brecha de la coraza en los que rompemos nuestros límites y entramos en un estado alterado de conciencia.

Esta es la teoría general sobre la que se asienta los trastornos psicopatológicos y neurovegetativos. Usando una terminología más concreta ,se puede afirmar que, la conducta sexual está condicionada por la relación afectiva infantil objetal, por los condicionantes biofísicos maternos y por la base socioeconómica del sistema social.

Por lo tanto, la sexualidad instinto, se convierte en pulsión a partir de que, usando la frase de Reich, “venimos al mundo con una cantidad de libido y el sistema se encarga de moldearla” (Reich, 1955). Es decir, existiría un impulso basado en la fuerza del instinto que permitiría el desarrollo y maduración de la función sexual al mismo tiempo que la maduración equilibrada de las distintas funciones del animal humano. Dicho proceso de maduración viene favorecido por la función del Orgasmo.

Orgasmo, palabra maldita, básica para comprender los procesos vitales pero llena de equívocos, de prejuicios y de reactividades.

Reich con su afán investigador intentó poner medios experimentales que permitieran objetivar las cuestiones psicoanalíticas y sexuales descritas .Investigaciones que realizó en el instituto de fisiología de la universidad de Oslo (Reich, 1937).

En 1934 plasma en su texto las “variaciones electrofisiológicas del orgasmo” y en el de 1936, “experiencias bioeléctricas sobre el placer y la angustia” ,sus investigaciones sexológicas que le llevan a afirmar que el placer viene acompañado de una mayor carga periférica, mientras que en los procesos de displacer dicha carga disminuye. Así, la misma reacción mecánica fisiológica que facilita el acmé en el hombre o mujer adulta podían estar acompañados de carga periférica o de una disminución de ésta, y este fenómeno coincidía con el grado de neurosis del voluntario. Dicho de otra manera, las manifestaciones sexuales genitales (lubricación vaginal, erección del pene, enrojecimiento de la piel…) se daban por igual entre personas que realmente sentían placer y tenían una capacidad de abandono vegetativo en el momento del acmé, y aquéllas en las que su capacidad de placer y abandono estaba mermada. Pero sólo se daba un aumento de potencial bioeléctrico en la piel de aquellas personas que realmente vivían una experiencia que describían como placentera y que tenían una mínima capacidad orgástica.

El interés por este tema provenía de su época de estudiante de medicina, en la que conoció los estudios sobre la sexualidad y la teoría de la libido de Freud, los trabajos vanguardistas de Muller de 1935 sobre el sistema nervioso vegetativo y las hipótesis biológicas “vitalistas” de Kraus, Zondek y Hatmann. Todo ello le llevarían a desarrollar su teoría sobre “la función del orgasmo” (Reich, 1927,1942) según la cual, la capacidad de abandono orgástico (vivencia de placer total visceral, sin predominio cortical, racional), era el principal mecanismo regulador biológico del organismo por ser una situación de extrema expansión.

Como hemos visto, para Reich , la experiencia del orgasmo normalmente se confunde con el “acmé” o nivel máximo de placer en la relación sexual. De hecho el orgasmo se conoce poco al existir una tendencia en nuestros biosistemas a la contracción y la angustia, lo cual además genera una estasis energética, libidinal, que influye en algunos síntomas neuróticos (neurastenia, ansiedad, somatizaciones histéricas), predisponiendo igualmente al desarrollo de enfermedades psicosomáticas. Desde esta óptica se puede hablar de “disfunción orgástica” mejor que de “disfunción sexual” (Serrano, 1989 a).

Reich, a partir de sus investigaciones clínicas y sexológicas describe lo que sería la curva de excitación sexual (1927, 1945) diferenciando “acmé”, de “orgasmo”.

Esta es la primera curva que se realiza a nivel científico sobre las fases del acto sexual y que es aparentemente similar a la que posteriormente expondrán Masters y Johnson[3] en su libro sobre la inadaptación sexual humana. La diferencia entre la curva de Masters y Johnson y la de Reich va a estar en la fase A (zona sombreada) que representa una respuesta corporal involuntaria, y que es lo que se entiende por el orgasmo específicamente. La sexología moderna no diferencia entre acmé y orgasmo, mientras que Reich hace una diferencia clínica entre ambos. El acmé sería el umbral extremo de soportar la excitación en el organismo (cada organismo tiene un umbral máximo para soportar el placer y una vez se llega a él se produce una bajada de la tensión). En este sentido se pueden producir muchos acmés en un corto periodo de tiempo. El orgasmo supone, por otro lado, el elemento de economía energética que permite una descarga igual a la tensión creada. El acmé produce o bien una estasis sexual y una tendencia a la reducción del contacto con el deseo, o bien una constante sensación de carga y una constante necesidad de desarrollar el impulso sexual.

Para Reich, por lo tanto, la diferencia entre la función del orgasmo y el proceso de genitalidad es importante. Porque si bien siempre hay sexualidad lo que no hay siempre es genitalidad y capacidad de desarrollar la función del orgasmo a través de los contactos.

Lo cierto es que estas fueron las primeras investigaciones, controladas en laboratorio y con baremos científicos, sobre algunos aspectos de la sexualidad. En 1966 serían retomadas, desde otra óptica, por Master y Johnson en Estados Unidos. La diferencia, desde el punto de vista social, es que los estudios de estos autores fueron “primicia” y referencia mundial , y los de Reich no son citados ni en los manuales especializados.

En resumen, Reich con estos experimentos “…demuestra sistemáticamente que el potencial eléctrico de las zonas erógenas (supuestamente las zonas de mayor excitación sexual) no aumenta, si no se produce en ellas una sensación agradable, placentera. Así, por ejemplo, puede haber erección del pezón o del pene sin que se produzca el respectivo aumento de potencial bioeléctrico que sería necesario para ello. El cual siempre se va a producir cuando se acompaña de una sensación de placer” (De Marchi,L.,1970)

Es decir “… para que la sensación de placer sea perceptible, además de la congestión mecánica del órgano es indispensable un aumento de la carga bioeléctrica. La intensidad de la sensación placentera es proporcional a la cantidad fisiológica del potencial bioeléctrico” (Reich, 1937)

“Las personas con bloqueo emocional o vegetativamente rígidas, como por ejemplo los catatónicos, no muestran ninguna reacción bioeléctrica frente a los estímulos, o tan solo una reacción mínima. En ellas el potencial bioeléctrico de las zonas sexuales no se diferencia en mucho de las del resto del cuerpo” (Reich, 1942)

En años posteriores, Reich llega a la conclusión que la función del Orgasmo es una fórmula vital que se da en todo lo vivo con formas diferentes (ver “Die Bione” o “La biopatía de cáncer”) y cuyo objetivo es el de regular la economía sexual y por tanto el funcionamiento vital de cada organismo. Si bien la sexualidad toma diferentes formas, no cumple su función sino va acompañada de la periódica experiencia del Orgasmo. Esta fórmula (tensión-carga-descarga-relajación), va unida al concepto de expansión, de “ir-más-allá” y se produce tanto en seres unicelulares (mitosis), como en organismos más complejos, los mamíferos y el animal humano, utilizando medios más especializados como: el sistema neurovegetativo – neurohormonal – septum – encéfalo – formación reticular – sistema gonadal. Se trata de medios usados en el animal humano adulto para cumplir la misma función que la ameba o el cigoto: la expansión. La cual facilita la descarga del excedente energético del organismo, que de no realizarse se acumula en el cuerpo formando una estasis libidinal, núcleo somático actual de la neurosis, que junto con la psiconeurosis forman las llamadas por Reich neurosis caracteriales. Esa estasis libidinal da lugar a la alteración de la función, tomando una forma compensatoria que mantiene el equilibrio en el desequilibrio, el carácter y la coraza muscular. Factor que paraliza de manera crónica el potencial yoico, y facilita la adaptación al sistema social.

Asimismo “no hay maduración de las funciones sexuales y del organismo humano en sus múltiples funciones somatopsíquicas, si no existe la respuesta orgástica con sus diversas formas según el momento biológico del organismo, desde el cigoto, con la mitosis; después con el orgasmo oral” (Reich, 1948) por medio de la relación boca del lactante-pezón de la madre y posteriormente con el orgasmo genital, teniendo como medios la fusión y el abrazo genital. Así el orgasmo se manifiesta como una convulsión repetida del organismo en su totalidad.

Esto es válido para todo el reino animal. De este modo, el orgasmo no es un acontecimiento genital local. El aparato genital sólo juega el rol de disparador para la convulsión general total.

3.- RESPIRACIÓN Y ORGÓN

LPor otra pare, observó como la respiración profunda facilita la carga bioeléctrica, mientras que la respiración inhibida (la habitual en la población occidental) disminuye la carga y por tanto la sensación de placer erógeno, aunque pueda haber respuesta motriz en esas zonas. Por ello Reich concluye que se pueden asociar los procesos vegetativos expansivos a las dinámicas de placer y relajación, y los de contracción (influencia del sistema nervioso simpático, asociado al “distrés” actualmente) a los estados de ansiedad y de angustia. Por lo cual a mayor predominio de la angustia, mayor inhibición de la respiración, con el consiguiente predominio del sistema nervioso simpático y la consiguiente predisposición a enfermedades psicosomáticas. Y, por el contrario, a mayor predominio de estados internos de placer, relajación y bienestar (con capacidad de respuesta y de alarma pero en función de la realidad y no como algo crónico) predominio del sistema nervioso parasimpático, respiración libre y profunda y por tanto predisposición a un estado saludable.

Las causas de esa tendencia a la contracción y al predominio de la angustia Reich la concreta en los disturbios libidinales y afectivos que el infante humano sufre desde el principio de su vida, a partir de lo cual genera la ya descrita coraza defensiva en forma de “carácter” y de tensiones musculares crónicas, entre otras cosas. La teoría de la libido psicoanalítica se fundamentaba en una realidad neurofisiológica. Esa fue una de las grandes aportaciones de Reich. Pero tuvo un mal recibimiento, no porque se cuestionaran su modelo de investigación o sus datos clínicos, sino por las consecuencias sociales que tenía su hipótesis etiológica: gran parte de los trastornos psicopatológicos y de las llamadas enfermedades psicosomáticas eran consecuencia de la educación represiva y de unos sistemas familiares y educativos patriarcales, autoritarios, caducos y carentes de la capacidad de generar organismos humanos maduros y saludables.

Esta crítica social fundamentada en aspectos biológicos y clínicos (Reich, 1934, 1942,,1949) provocó, en general, el rechazo por parte de una sociedad en crisis. Sin embargo, décadas después se convirtió en referencia intelectual de los movimientos revolucionarios de 1968 en Europa (Serrano, 2001). También años después algunos de sus postulados se vieron corroborados en estudios realizados por otros científicos como Selye y su teoría del “strés”, (Selye, H.1978), Laborit con su teoría de la “inhibición de la acción” (Laborit, H.1979) o el propio Carballo con la “urdimbre afectiva” (Carballo, R.1952, 1984)

También durante esos fructíferos años la observación del movimiento interno de la sustancia viva con un equipo de biólogos y fisiólogos de Oslo en contacto con Roger Du Teil de París, le llevó a descubrir una nueva radiación que definió como «orgón» (Reich, 1938). “A partir del descubrimiento de algunas de sus leyes básicas, la identificó como la «energía vital», definiéndola como “orgón” y diferenciándola de la energía metabólica, siendo la energía sexual su máxima expresión y medio regulador de la misma en el organismo vivo” (Raknes, 1970).

”El trabajo de Reich sobre los biones, concretamente los biones de tierra, confirma las practicas chinas del Feng Shui. Su trabajo con la médula ósea llega a la misma conclusión -y por las mismas razones- que los practicantes chinos del Qigong. El trabajo con el orgón atmosférico dio unas conclusiones que coincidían con las concepciones chinas de los meteoros como expresión de la energía universal o Qi. En un nivel más general, la descripción de Reich de la energía orgón cósmica es casi la misma que la del Qi chino, aunque Reich no sabía nada ni comprendía las prácticas orientales.

Estos hallazgos son el resultado de dos tipos distintos de enfoques científicos. En Oriente, y en los primeros trabajos de Reich, los resultados procedían de la observación clínica, estudiando un caso tras otro. Es un proceso seguido en China durante cinco mil años. En los trabajos posteriores de Reich se utilizó el método experimental. No puedo comentar el método experimental de Reich sin decir, como lego, que parece riguroso. Se hicieron algunos experimentos complementarios siguiendo los principios de Reich con resultados que parecían positivos. Pienso que esto sirve solamente para decir, que si el trabajo de Reich hubiese sido único, quizá el recelo que ha encontrado estaría, de algún modo, justificado. Sin embargo, hay cinco mil años de historia de resultados parecidos apoyando su caso” (Katchmer, 1993)

La existencia de una energía universal propia y causal, a la que hemos visto que Reich define como “Orgón”, se refleja también en textos de científicos actuales con otros nombres, como “punto cero”:“Este mar de energía nos resulta casi por completo invisible, según los forofos de la energía del punto cero, porque es uniforme y nos bombardea en todas direcciones, de manera que la fuerza neta que actúa sobre cualquier objeto es nula” (Yam, 1998)

Reich se acerca a este mundo de lo “energético” como un niño cuando se baña en el mar por vez primera. Pero esa ilusión no le hace perder el punto de realidad, pues siempre afirmaría que la orgonomía está todavía basada en hipótesis y es una línea de investigación. El descubrimiento del orgón supone un cambio de perspectiva, y eso se refleja también en su posición clínica, fundamentalmente comenzando un abordaje interdisciplinario donde la posición analítica, sin ser abandonada, se difumina un poco al introducir otras herramientas convergentes de tipo médico en el espacio de la psicoterapia. Ese cambio de perspectiva influía también en el foco del abordaje terapéutico que pasó a ser más estructural puesto que, desde este nuevo punto de vista, se confirma que la persona enferma sufre un desequilibrio energético, fruto de su incapacidad de adecuada pulsación y regulación energética, producido por la coraza caracteromuscular, por sus tensiones crónicas musculares, por la tendencia a la inspiración crónica y por la “incapacidad de abandono orgástico” (Reich, 1942)

“La tendencia científica actual empieza a concebir la estructura humana como una compleja red de sistemas comunicados a través de una interrelación circular y permanente del sistema nervioso, con el sistema endocrino y el sistema inmunológico. Y al mismo tiempo cada estructura humana está en permanente interrelación con los otros de su especie, con el sistema social y con el ecosistema geográfico, moviéndonos en lo que el físico F. Capra llama la trama de la Vida. Pero es el propio ser humano quien desarticula constantemente esta red al separarnos cada vez más de las leyes de la natura, y como consecuencia, paradójicamente, el ser humano enferma y los ecosistemas se alteran” (Serrano,2001)

Esta concepción paradigmática se define como “Ecología global” (Capra, 1996) y en su interior deben desarrollarse medidas terapéuticas coherentes para paliar los efectos de este desequilibrio. Focalizada en la estructura humana, la Vegetoterapia tiene sus fundamentos teóricos en el definido por W.Reich como “funcionalismo orgonómico”: “sistema filosófico con una gran similitud al nuevo paradigma científico, por definición Ecológico” (Capra, 1996)

W. Reich ya manifesto esta interrelación sistémica a lo largo de su obra:“Con el análisis del carácter se descubrió que en la estructura caracterial del hombre persistía su origen social de forma rígida y solidificada. Por medio del cambio de los impulsos, las instituciones sociales producían la estructura caracterial típica y la estructura caracterial del hombre reproducía en una época determinada las instituciones sociales y las ideologías correspondientes. Con esta fórmula se contestaba a la pregunta que planteó la sociología: ¿cómo, con la ayuda de qué funciones se transforma la existencia social en ideas humanas? La sociedad y la estructura caracterial forman así una relación clara y simple de reciprocidad e interacción.” (W. Reich ,1950)


4.- EL SISTEMA NEUROVEGETATIVO COMO VÍA DE ACCESO AL INCONSCIENTE

Con dicha perspectiva,si bien el sistema neurovegetativo va a ser la nueva vía de acceso al inconsciente, Reich modificará el término “Vegetoterapia caracteroanalítica” por el de “Orgonterapia caracteroanalítica”, lo cual fue coherente con su evolución teórica holística. Además su marco de asistencia clínica se amplía sobrepasando el de la asistencia psicoterapéutica. Si bien la praxis clínica no va a modificarse esencialmente a no ser por la introducción de ciertas herramientas convergentes “energéticas”

«Cuando en 1935 se descubrió el reflejo del orgasmo, el acento del trabajo caracteroanalítico se desplazó hacia el domino somático. El término representó el hecho de que ahora mi técnica terapéutica influía sobre la neurosis caracterológica en el dominio fisiológico. Hablamos de , indicando con ello el trabajo simultáneo sobre el aparato psíquico y sobre el somático. La expresión tenía sus desventajas, que en ese momento no podían remediarse. En primer lugar, era demasiado larga. Contenía el término , que sonaba como correcto en alemán, pero en inglés nos recordaba a los . Por último, representaba todavía una división del organismo en una parte psíquica y otra somática, lo cual se oponía a nuestro concepto unitario del mismo. El descubrimiento del orgón puso término a estas dificultades conceptuales. La energía orgónica cósmica funciona en el organismo vivo como energía biológica especificada. Como tal, rige la totalidad del organismo y se expresa por igual en las emociones y en los movimientos orgánicos puramente biofísicos. Así, por primera vez, y con sus medios propios, la psiquiatría había enraizado en los procesos científico-naturales objetivos (…) Todo esto explicará por qué la expresión abarca el análisis del carácter y la vegetoterapia. El objetivo común es la movilización de las corrientes plasmáticas del paciente. En otras palabras, no podemos dividir un organismo vivo en actitudes caracterológicas, músculos y funciones plasmáticas, si tomamos nuestro concepto unitario del organismo en forma seria, en forma práctica. En la orgonterapia trabajamos con la profundidad biológica, el sistema protoplasmático, el del organismo. El lector comprenderá que se trata de un paso decisivo. Hemos abandonado el dominio de la psicología, incluyendo la , y hemos ido incluso más allá de la fisiología de nervios y músculos, hasta el dominio de las funciones protoplasmáticas» (Reich, 1949 b)

Su marco clínico era individual y en las sesiones vinculaba el análisis del carácter con técnicas neuromusculares y con intervenciones corporales puntuales que facilitaban la desinhibición respiratoria del paciente y, la reducción de las tensiones crónicas, a través de la expresión de emociones profundas que liberaban a su vez recuerdos y pensamientos anclados en el inconsciente.

”La respiración tiene una influencia inequívoca sobre estos procesos. El potencial de la piel disminuye en el área del diafragma si uno inhala profundamente y aumenta de nuevo cuando exhala profundamente. Con la inspiración el diafragma ejerce una presión sobre el plexo solar que desaparece con la expiración. La bajada del diafragma por la inspiración bloquea de este modo la expansión placentera del organismo y trabaja en dirección de la angustia. Así se abrió un acceso a la fisiología de las enfermedades psíquicas cuya función central es la angustia. Desde entonces mi atención estaba centrada sobre la función respiratoria de los pacientes neuróticos y biopáticos: la inhibición de la plena expiración y la actitud inspiratoria crónica del pecho demostró ser un fenómeno universal de las enfermedades «psíquicas». Había descubierto el mecanismo básico de las así llamadas «biopatías»(enfermedades funcionales)” (Reich, 1948)

5.- INTERVENCIÓN CLÍNICA PSICOSOMÁTICA

En ocasiones Reich imitaba a los pacientes y también les inducía a que adoptaran gestos y formas corporales que describían procesos emocionales para que les ayudara a tomar contacto con los mismos. Y ante algunas tensiones muy marcadas, por ejemplo en los maseteros o en la zona cervico-torácica, masajeaba intensamente ciertos puntos de esas zonas( acupresión), intersección de músculos para facilitar la expresión de las emociones allí ancladas, si bien esta práctica ,según algunos de sus pacientes y alumnos como el caso de Ola Raknes, no era de su agrado y solo la utilizaba de forma puntual.

Sabemos que el masaje en general aplicado de forma funcional es muy eficaz porque provoca una reacción protoplasmática local que pone en libertad el ácido carbónico y los deshechos celulares ácido, y es capaz asimismo de provocar la vasodilatación. Según W. Rumann la sustancia activa liberada bajo al influencia del masaje es muy semejante a la colina, que estimularía muy particularmente el parasimpático. Reich y sus colaboradores desarrollaron la vegetoterapia en los años 30 en Berlín y Noruega , siendo en esos años en los países nórdicos donde estaban más avanzadas las investigaciones y la práctica clínica con masajes y con relajación ,como ya he mencionado en el capítulo anterior.

Posiblemente esto tuvo alguna influencia en el trabajo de Reich pero realmente en su práctica no utilizaba masajes ni provocaba reacciones emocionales a través de presiones sobre los músculos de una forma sistemática, más que de forma puntual, tal como ya he mencionado .De hecho no hay ninguna fuente donde se refleje que Reich utilizaba un masaje específico como técnica habitual en su trabajo , existiendo, curiosamente, muchos profesionales que anuncian prácticas clínicas, talleres e incluso editan libros de “masaje reichiano”.

En este sentido, como veremos posteriormente , en nuestra forma de intervención con la vegetoterapia caracteroanalítica no necesitamos el masaje para conseguir los objetivos clínicos y evitamos el contacto directo con el cuerpo del paciente por las consecuencias relacionales y técnicas que pueden yatrogenizar el proceso.Por ello más que trabajar “sobre” el cuerpo, trabajamos “con” el cuerpo.

Por ejemplo, si observamos un nódulo muscular, similar a una bolita de garbanzo, en los maseteros , sabemos que puede reflejar una problemática del segundo segmento. Si al mismo tiempo observamos tensión en la mandíbula una forma de gesticular o de hablar rígido, y si además vemos que en su historia personal hay una base oral más o menos importante fruto de carencia materna junto a síntomas de bulimia o de anorexia, … deducimos que en el segundo segmento , el “oral” hay fuertes tensiones o un bloqueo hiperorgonótico. Desde el momento en que establecemos este diagnóstico podemos hipotetizar y deducir algunas cosas que permiten orientar mejor la intervención. Al cabo de un numero de sesiones el terapeuta puede volver a hacer una acupresión similar para observar si esos nodulitos están ahí todavía. Si han reducido o ya no están será un indicativo objetivo de que la tensión en la zona ha disminuido y con ella algunos aspectos psíquicos vinculados a dicho segmento, como la dependencia, la rabia oral o la ambivalencia. También podemos encontrarnos con que ,trabajando el segmento pélvico ,al explorar la zona cervical detectemos nódulos que no estaban anteriormente. Si después de varias sesiones interviniendo sobre los primeros segmentos esos nódulos desaparecen se trataba de una hipertensión superficial fruto de una tensión reactiva en los primeros segmentos al abordar el segmento pélvico. En este caso la acupresión nos ha servido para saber que el paciente estaba desarrollando una resistencia para no abordar el conflicto edípico aumentando su nivel de control y de alarma que se refleja en esa hipertensión cervical

Retomando el objetivo de este capítulo, describir la práctica clínica de W.Reich,hago referencia a un un texto que publicó con el pseudónimo de Walter Frank y donde describiría de forma muy clara la práctica psicosomática de la Vegetoterapia en cuatro fases , sin mencionar aquello que era propio del setting analítico, incluido el hecho de estar tumbado en el diván, porque ya lo daba por conocido :

“a) localizar las actitudes musculares propias, que son la expresión somática del carácter del individuo…

b) que el paciente sienta esas tensiones, experimentando su propio cuerpo…Lo cual implica tomar contacto con sus sensaciones organísmicas,

c) Disolver dichas tensiones, para lo cual se necesita infinita paciencia, asistiendo al fenómeno de la abreacción (emergencia del recuerdo del afecto)….si bien no siempre dará el resultado esperado por lo que tendremos que recurrir al análisis de las resistencias somáticas, tal como lo hacemos con las resistencias psíquicas. Para ello, entre otras cosas, intentaremos restablecer la respiración normal, profunda y libre, lo que puede provocar episodios de fuerte angustia en el paciente

d) “…al liberar la función respiratoria y desbloquear las paredes abdominales, aparecerán impulsos diafragmáticos que irán asociadas con el tiempo a sensaciones de corriente por todo el cuerpo, cosquillas, calor, estremecimiento, sintiendo el cuerpo como algo vivo hasta que en alguna sesión ese impulso toma tanta fuerza que, junto a una respiración profunda espontánea, toda la musculatura del cuerpo desarrolla movimientos expansivos ,incluida la pelvis, recordando la respuesta muscular que se vive en la experiencia orgástica…el paciente ,por tanto, permite que se produzca el reflejo del orgasmo, que será por tanto la expresión de la descarga máxima de energía vegetativa para lo que se requiere una reducción de la consciencia, sin llegar a perderse…”

(Walter, F. 1942)

Como vemos, junto al “subjetivismo” con el que trabajaba Reich había un interés constante en descubrir leyes que permitieran “objetivar” el trabajo clínico Y esa posición la mantuvo toda su vida.

La relación psicoterapéutica seguía siendo el eje conductor del proceso y el “reflejo del orgasmo” se convirtió en una “señal neurovegetativa” que indicaba de forma objetiva se había producido una liberación de tensiones y un equilibrio psicosomático. Esta respuesta llegaba cuando el paciente, realizando un movimiento corporal donde se bajaban los hombros y se subía la pelvis al mismo tiempo que se respiraba profundamente durante 5-10 minutos, comenzaba a sentir una corriente intensa por el interior de su cuerpo (vegetativa) que se acompañaba de un movimiento involuntario de todo el cuerpo similar al que se tiene durante la experiencia del orgasmo (convulsiones involuntarias), diferente al “acmé” o reducción de la tensión sexual. Pero sin que hubiera respuesta sexual fisiológica alguna, si bien podía llegar a ser muy placentero si la persona se abandonaba a ese movimiento que en principio, al ser involuntario, se podía vivir con sorpresa y miedo.

“El reflejo del orgasmo no es el orgasmo, es una señal que indica que el paciente ha recuperado la posibilidad de vivir la potencia orgástica en cuanto que su bioenergía es capaz de circular sin obstáculos ni bloqueos de la cabeza a los pies” (Navarro, 1990)

El neurofisiólogo Mac Lean (1973), estudia este reflejo como uno de los reflejos del ser humano. Habla de que en el reflejo del orgasmo se produce una situación particular fisiológica en el cerebro que denomina «esquizofisiológica», caracterizada porque en ese momento el neocórtex cerebral deja de ser la estructura prevalente en el funcionamiento jerarquizado de los tres cerebros (neocórtex, cerebro límbico y cerebro reptiliano). Lo que sucede es que se produce una integración funcional en la que los tres cerebros funcionan sinérgicamente pudiendo compararse esta integración a la que puede tener un protoplasma de un protozoo como ser unicelular.

Al tomar como referencia aspectos que corresponden a otras disciplinas, W. Reich empieza a realizar una psicoterapia compleja, con todos los retos y riesgos que ello implica.

Actualmente sabemos que Reich, y algunos de sus colaboradores confundían lo que definió como “onda orgástica” ( respuesta vegetativa de tipo catártico que podemos observar con facilidad en algunas personas histéricas realizando ciertos movimientos, siendo también diferente al “arc del cercle” histriónico descrito por la psicopatología) y el “reflejo del orgasmo”, el cual es una respuesta compleja, que exige la recuperación de unas condiciones personales psíquicas y somáticas, y que sólo en algunos casos se consigue. Incluso en esos casos dicho reflejo no significa que esa persona está “sana”, pues esto sería caer de nuevo en una posición simplista y mecanicista.

Pero la importancia de este descubrimiento clínico estriba en que es una variable objetiva neurovegetativa que nos habla de una síntesis entre lo psíquico y lo somático. Y que al producirse cumplimos un objetivo fundamental de la Vegetoterapia, pudiendo “evidenciarlo” en la consulta. Pero ese paciente, paradójicamente, al estar más abierto, con menos defensas involuntarias, está más vulnerable a las agresiones del sistema social y del “otro neurótico”, lo cual exige una labor de elaboración analítica que permita corticalizar esa experiencia dentro de un marco clínico y de una relación terapéutica para poder mantener esa capacidad recuperada y al mismo tiempo poder seguir “funcionando” en lo cotidiano de una forma coherente y estable. A eso se refería W. Reich cuando hablaba de alcanzar una “coraza flexible” que sería una característica del “carácter genital “ (Reich ,1929) [4]

Otro aspecto importante que deja claro en el artículo citado es que “Vegetoterapia y análisis caracterial van tomados de la mano”, de ahí la unión de ambos conceptos en la denominación de su praxis clínica. Insistiendo en que exige un setting “profundo”: “varios centenares de horas”, con mucha paciencia y con mucho cuidado. Porque si el desvelamiento de las defensas psíquicas conlleva en la mayoría de los casos reacciones adversas y peligrosas, cuando además se están desmembrando defensas somáticas, el peligro se agrava”.

De ahí la necesidad de seguir unas leyes clínicas que Reich y sus colaboradores fueron descubriendo (como la necesidad de movilizar tensiones de la zona cefálica a la pélvica) pero todavía aplicándolas a cada caso, sin una sistemática, dejándose llevar en gran medida por su enorme empatía e intuición. Por ello la experiencia de cada uno de sus pacientes fue distinta, lo que quizás, retomando el análisis histórico del principio de este capítulo, puede ayudar a entender mejor el porqué de algunas divergencias en la práctica clínica entre profesionales que realizaron su análisis personal con W.Reich, como el caso de Ola Raknes, E.Baker o A.Lowen, que si bien no lo terminó, vivió su propia experiencia clínica .

Entre esas leyes personalmente destacaría tres que son muy definitorias y que pueden servir también de síntesis:

-Abordar el desmembramiento de tensiones y defensas del segmento primero u ocular al séptimo o pélvico,lo que se conoce como : “intervención cefalocaudal”.

-No forzar el ritmo del cuerpo del paciente.Utilizando técnicas “suaves” para ir disolviendo las tensiones musculares, de la más superficial a la más profunda, al igual que se hace con la intervención frente a las resistencias psíquicas,integrando la experiencia a través de la elaboración analítica y dentro de una relación terapéutica específica.

-Los objetivos clínicos no pueden ser genéricos, sino adaptados a las particularidades históricas y actuales de cada persona.

Por último no hay que olvidar que W. Reich fue uno de los primeros psicoterapeutas en introducir la realidad cotidiana del paciente en el espacio analítico, en cuanto reflejaba su dinámica caracterial en el “aquí y ahora” condicionando, -en ocaciones de forma determinante-, el sufrimiento del paciente y como consecuencia el proceso clínico (muertes o enfermedades de personas queridas, conflictos laborales, crisis de pareja)

En la actualidad la Vegetoterapia Caracteroanalítica ha evolucionado mucho y se utiliza en distintos lugares del mundo, estando reconocida por la European Asociation of Psychoterapy (EAP) en 2004 como “modelo de psicoterapia científico”[5]

Existen algunas diferencias importantes en la intervención clínica y de la prevención entre determinadas escuelas que la representan, pero todas parten de postulados teóricos similares . Como veremos en el siguiente capítulo, para la Es.TE.R., la vegetoterapia es el modelo profundo de una praxis clínica más amplia que denominamos “psicoterapia caracteroanalítica”.Pero antes me gustaría recordar a cuatro profesionales que facilitaron la organización y expansión del movimiento postreichiano: E.Baker, W.Hoppe, O.Raknes y F.Navarro.

6.-ALGUNOS REPRESENTANTES DEL MOVIMIENTO POSTREICHIANO

6.1 ELSWORTH F. BAKER

E. Baker, nació en 1903 y murió el 2 de junio de 1985. Médico psiquiatra, fue alumno y colaborador de W. Reich en Estados Unidos desde 1945 hasta su muerte.

Un solo libro escribe, pero fundamental: «Man in ther trap». En él sintetiza el discurso reichiano incorporando datos propios muy valiosos, aunque bien es cierto que no puedo compartir el contenido del apartado titulado «Tipos caracteriales socio-políticos» que considero “ideológico” y poco clínico. Pero sigue siendo un pequeño manual de gran validez para el que quiera iniciarse en el conocimiento de la orgonterapia y en la profilaxis orgonómica. También cuenta con dos relatos autobiográficos muy interesantes, publicados en forma de serial en su revista: «Mis once años con W. Reich», y «Mis años después de W. Reich». Este último lo ha dejado incompleto. Once años que fueron de 1946 a 1957, y durante los cuales realizó su terapia personal con W. Reich, y se formó a continuación con T. Wolfe y el propio Reich en la orgonterapia y en biofísica orgonómica, desarrollando pronto una labor intensa como clínico y también como didacta en el movimiento. A la muerte de Reich y durante todo el periodo negro y dramático de su juicio y encarcelamiento, Baker es de los pocos que lo defienden públicamente, jugándose su puesto profesional en aquellos años de la caza de brujas en que tantos, por temor, callaron. Continúa trabajando a la sombra con un equipo de colaboradores, algunos también de Reich, otros formados ya por él mismo, y en 1968 con la publicación del primer número de la revista «Journal of Orgonomy» salen a la luz pública. Funda con algunos profesionales, entre ellos Ola Raknes, el American College of Orgonomy, institución donde se desarrollará toda la actividad de formación y de investigación de la Orgonomía en Estados Unidos. Aunque otros orgonterapeutas, como Chester Raphael, prefieren mantenerse independientes.

En dicha institución trabajará como orgonterapeuta, dictará cursos sobre la vida y la obra de W. Reich y participará en cursos de laboratorio en los que muestra técnicas reichianas como la llamada «prueba de sangre o reacción T», o el uso del Or.Ac. También fomentará el desarrollo y la creación de un centro de investigaciones biofísicas orgonómico que formará parte del American College.

En los últimos años de su vida se dedicó fervorosamente a potenciar un Centro de Orgonomía donde estuvieran integradas en un solo edificio todas las dispersas actividades orgonómicas: laboratorio, bibliotecas, salas de seminarios, salas de terapia, observatorio, salas de experimentación, residencia para extranjeros… Reproduciendo a mayor escala la comunidad terapéutica que Reich creó en Orgonón, y que fue desmantelada con los ataques públicos y con la quema de libros y aparatos de la Food and Drug Administratión en 1955.

Una cita final de su libro, refiriéndose a su maestro W. Reich, podría también servir para recordar al propio E. Baker:

«Nuestra sociedad está edificada sobre el terror acorazado. Este terror formula y refuerza sus leyes. Estamos, por tanto, obligados a seguir las leyes de la sociedad con toda su irracionalidad y debemos continuar reprimiendo a nuestros niños y adolescentes para destruir su naturaleza «animal» y volverlos «civiles». Nuestra cultura se ha preocupado sólo del modo con que reprimir y sofocar la rebeldía. No es capaz de comprender ni tolerar la vida. Durante millones de años el hombre ha continuado tratando de salir de esta trampa, pero siempre ha terminado volviendo a caer dentro de ella. Puesto que no llegaba a comprender qué lo entrampaba y cómo. Ahora sabemos que esto se debe a la propia coraza muscular que lo ata a su angustia del orgasmo inhibiendo así el funcionamiento libre y natural. ¿Puede el hombre, poco a poco hacer uso del conocimiento de esta realidad para salvarse a sí mismo antes de ser la causa de su propia destrucción? Reich creía en esta posibilidad y trabajó toda su vida para alcanzar este fin.» (Baker, 1969)

Junto a Baker, otros orgonterapeutas han seguido trabajando en Estados Unidos, dentro del American College of Orgonomy (Ch. Konia, M.Herskowitz, R. Blasband, G. Koopman) y otros de forma independiente como Ch. Raphael , con mayor vinculación al museo de W. Reich en Orgonon y con la que fuera albacea de Reich, Mary Higgins.

6.2 WALTER HOPPE

El Dr. Walter Hoppe nació el 20 de Agosto de 1900. Estudió en Würzburg y en Berlín medicina. Trabajó como psiquiatra en el Instituto de Psiquiatría de Berlín y en la clínica Westendklinik, (actualmente de la universidad libre de Berlín). En 1932 conoce la obra de Reich pero, debido al desarrollo del nazismo en Alemania, decide marchar a Tel Aviv (Israel) donde abre una clínica psicoanalítica.

Tomó contacto personal con Reich en 1943 en Estados Unidos y a partir de ahí introdujo en su trabajo clínico algunas de las herramientas que Reich estaba investigando (como el Or.Ac. y el D.O.R. Buster, basados en los principios de la energía orgónica) y tradujo algunas obras de Reich al alemán.

Desde el primer congreso de orgonomía en 1948, Hoppe visitó a Reich en EEUU y paso algunos meses con él durante 1950 y 1953, formándose en Orgonterapia y participando en el desarrollo de la Orgonomía y en algunos de sus experimentos principales. Reich lo invitó a que se quedara definitivamente en EEUU, pero decidió seguir viviendo en Israel. Escribió numerosos artículos[6] sobre el uso del acumulador de orgón (Or. Ac.) y su aplicación clínica en diversas patologías, incluso en procesos degenerativos como el cáncer, fruto de sus investigaciones sobre este tema. Pero le afectó mucho la muerte de W. Reich, hasta el punto de que dejó temporalmente de lado las investigaciones en Orgonomía.

En 1974 marchó a Munich donde siguió trabajando como orgonterapeuta y formando a algunos profesionales en esta especialidad.

Murió el 18 de Octubre de 1981.

6.3 OLA RAKNES

Ola Raknes nació en 1887 en Oslo. Profesor de Literatura y Lengua Noruega en la Sorbona y en su propia ciudad, cursó posteriormente estudios de Filosofía y de Psicología en la Universidad de París y de Oslo. Desarrolla su formación en psicoanálisis pasando su análisis personal con Karen Horney, y la supervisión con Hann Sachs, siendo miembro de la I.P.A. (International Psychoanalitic Asociation) en 1929. A partir de entonces comenzará su trabajo clínico como psicoanalista y conocerá a Wilhelm Reich, del que había oído hablar como uno de los mejores clínicos de la IPA, en una conferencia que dio en Oslo en 1934.

Raknes, convencido de la importancia de las aportaciones de Reich al psicoanálisis y queriendo, por él mismo, conocer y comprobar los beneficios de la Vegetoterapia, comienza el análisis con W. Reich en 1936, análisis que finalizará en 1939, fecha en la que Reich marcha a Nueva York definitivamente para poder continuar su trabajo clínico, didáctico y de investigación.

Raknes, dentro de lo posible por los límites burocráticos, mantiene contacto personal con Reich viajando en varias ocasiones a Estados Unidos para seguir de cerca los nuevos descubrimientos en el campo del orgón, siendo considerado por Reich como uno de sus mejores amigos y máximos colaboradores. Reich tenía plena confianza en la labor clínica y didáctica que Raknes desarrollaba en Europa como orgonterapeuta y de la cual Reich se sentía muy satisfecho :“a finales de 1949 encontramos a Ola Raknes de nuevo en el campo de batalla publica, esta vez luchando con los principios de la orgonterapia en la que ha llegado a ser uno de los pocos maestros” (Reich, 1950)

Fue uno de los pocos colaboradores europeos de Reich que continuó con él sus trabajos y su investigación hasta su muerte en 1957, siendo considerado después de éste, tanto en Europa como en América, uno de los más lúcidos y más representativos del movimiento ortodoxo reichiano, hasta el punto de que los orgonterapeutas americanos crearon, en vida de Raknes, una fundación denominada «Ola Raknes».

Trabajó no sólo en Noruega ,donde se analizaron con él profesionales como Gerda Boyesen ( creadora posteriormente de la “psicoperistalsis y de la Biodinámica) y Bjorn Blomenthal ( quien continua su trabajo clínico y didáctico como vegetoterapeuta ), sino también en diversos países de Europa, en los que desarrolló una amplia y muy importante labor de formación de orgonterapeutas, entre los que se encontraban Federico Navarro, Piero Borrelli y otros profesionales de la salud que crearían con su auspicio, posteriormente la S.E.Or. (Scuola Europea di Orgonterapia).

Asimismo fue uno de los fundadores del «American College of Orgonomy» (A.C.O.), junto con E. Baker y otros orgonterapeutas colaboradores de W. Reich.

Como escritor, poseía la cualidad de sintetizar con extremada claridad los conceptos básicos. Tenía un conocimiento nada corriente de la obra de Reich y de su lógica interna. Entre sus libros se encuentra una recopilación de artículos titulado: «Fri Vokster» (Crecimiento libre), y un precioso y clarificante libro editado en castellano en nuestra editorial: “W. Reich y la Orgonomía”.

Entre sus múltiples artículos, de los que publicamos una muestra en nuestra revista “Energía, carácter y sociedad”, se pueden citar: «Economía sexual, una teoría del funcionalismo vivo», «Problemas educativos de la pubertad», «El concepto orgonómico de Salud y sus consecuencias sociales», “Un tratamiento breve con la orgonterapia”…Todos ellos aparecidos en las revistas dirigidas por W. Reich: «International Journal of sex-economy» y en el «Orgone Energy Bulletin».

Se sentía muy satisfecho de su trabajo como orgonterapeuta, y esto junto con su destreza técnica y su carácter caluroso y abierto, hizo de él un terapeuta excepcional. De toda Europa y Estados Unidos acudían con regularidad personas que se instalaban en Oslo para realizar la terapia personal con él. Su formación lingüística demostró una vez más su utilidad porque le permitía comprender y llevar con buenos resultados el tratamiento a pacientes ingleses, franceses o alemanes. Y esto tiene un mérito particular, pues en el análisis no sólo se debe entender el idioma, sino comprender su forma de expresión vital y coloquial, íntima, con la que cada uno de nosotros nos expresamos espontáneamente, y que es material importante para llevar adelante la labor de integración analítica de la verbalización.

Raknes falleció el 28 de Enero de 1975, recién cumplidos los 89 años, y al poco de finalizar un viaje por Europa y América con el objetivo de despedirse de sus más allegados amigos. Con su muerte desapareció uno de los máximos exponentes del movimiento reichiano y post-reichiano con una ortodoxia evolutiva y activa que enriqueció la práctica clínica de la Orgonterapia.

6.4 FEDERICO NAVARRO

Federico Navarro nació el 16 de Junio de 1924, en Nápoles. Médico especialista en Anatomía patológica y en Neuropsiquiatría, participó en el movimiento antipsiquiátrico italiano siendo director del hospital criminalista de Nápoles. Fue psicoanalista de la “International Psychoanalitic Asociation” (A.P.I.) durante años, modelo con el que trabajó hasta que se identificó plenamente con la obra y el trabajo de W. Reich, encontrándose con O.Raknes en 1966 con quien se formó en la Vegetoterapia siendo posteriormente colaborador y amigo hasta su muerte.

< La formación con O. Raknes motivó la creación del Centro W. Reich con una amplia actividad cultural y psicosocial, hasta que en 1974 con algunos colegas psiquiatras, entre ellos Piero Borrelli, funda la “Societá Italiana de Richerche e Terapia Orgonómica” (Sirto) que culminó en 1979 con la creación de la “Scuola Europea di Orgonoterapia “(SEOR). Esta asociación aglutinaba a discípulos de Raknes y del propio Navarro, diseminados por Europa, como fue mi caso, y entre sus objetivos se encontraba la formación estructurada en la clínica postreichiana, labor que desarrollamos en el Estado español y en otros países de Latinoamérica, lo que posteriormente provocó que se convirtiera en I.F.O.C. (International Federation Orgonomic College’s) de la que fue presidente honorario hasta su muerte en octubre del 2002.

< Profesor de varias universidades a lo largo de su vida, congresista invitado a eventos internacionales en todo el mundo y supervisor-Didacta de varias escuelas de psicoterapia (entre ella se encontraba la ES.TE.R). Sus lugares de residencia fueron Nápoles y París hasta que en 1987 marchó a Río de Janeiro. Regresó a su ciudad natal poco antes de su muerte. Si bien durante ese periodo brasileño no dejó de viajar de forma periódica a Italia, Francia y España, para continuar sus labores docentes.

< “El legado profesional de Navarro fue muy rico , y siguiendo la tradición reichiana ortodoxa, desarrolla su saber en tres grandes campos: el de la biología y la investigación energética, el de la clínica y la psicoterapia , y el de la prevención y la educación” (Serrano 2004.a)

< En el campo de la investigación y de la biología, desarrolló un profundo análisis de la etiología y terapéutica de las enfermedades funcionales degenerativas, ya definidas por Reich, como Biopatías (el cáncer, la diabetes, la hipertensión, la artritis…) tanto desde el aspecto somatopsicodinámico como desde la perspectiva del desequilibrio energético y del “miedo celular”. Aportando la terapéutica combinada de la psicoterapia (vegetoterapia) con dietas, oligoelementos, homeopatía y el acumulador de orgón (Or. Ac.) para poder abordar coherentemente estas enfermedades multisistémicas. Insistía en que la base de toda patología es el miedo, y se apoyaba en estudios científicos como los experimentos realizados hace unos años en la universidad de Boulder (Colorado) donde se observó la contracción de las células ante situaciones adversas. A este respecto escribió:

< “La emoción primaria negativa es el miedo, que está en la base de toda patología como elemento determinante y / o desencadenante de la condición de contracción, como mecanismo de defensa. “ (Navarro, 1989 a / 1997)

< Dentro de este campo escribió diversos artículos en revistas especializadas y dos libros: “La somatopsicodinámica” y “La somatopsicodinámica de las biopatías”.

< En el terreno de la psicoterapia elaboró una sistemática neuromuscular para el uso de la vegetoterapia caracteroanalítica tomando como referencia el proceso de evolución y desarrollo del mamífero humano (ontogénesis) y el desbloqueo progresivo de la coraza defensiva de forma cefalocaudal. De esta forma reforzó las bases empíricas y científicas del trabajo clínico de W. Reich, enriqueciendo sobremanera esta psicoterapia profunda. Así se refería a su trabajo:“La vegetoterapia caracteroanalítica es una metodología terapéutica con implicaciones socioculturales, esto es, políticas (no partidistas), cuyo objetivo es contribuir de modo gradual y progresivo al cambio de la actual condición de nuestra sociedad (causa de la psicopatología colectiva en la que vivimos).

< Esta metodología utiliza herramientas clínicas, pero no es una técnica de liberación emocional, sino una psicoterapia. Vegetoterapia supone un trabajo psicoterapéutico sobre el sistema neurovegetativo, y caracteroanalítica implica un trabajo de transformación de una caracterialidad por un carácter genital maduro (…) La vegetoterapia busca curar al paciente a través de “particulares” intervenciones corporales (actings) que provocan reacciones neurovegetativas emocionales y musculares capaces de reestructurara una sana psicoafectividad que ha sido puesta en conflicto desde el nacimiento del individuo” (Navarro, 1990)

< En este apartado escribió numerosos artículos y también varios libros, destacando:”La metodología de la vegetoterapia caracteroanalítica”.

< Pero siempre tuvo conciencia de que “esta praxis clínica tiene coherencia dentro del paradigma de la Orgonomía, de la que forma parte la Vegetoterapia” (Entrevista a Navarro por Pugi, Gambardella, 2002)

< Y por último, en el campo de la asistencia preventiva y la educación mantuvo siempre una actitud comprometida y reivindicativa a favor de los derechos del niño/a, cuestionando las relaciones patologizantes de los actuales sistemas familiares y sociales, apoyando el concepto de “autorregulación” de Reich y A. Neill, respetando los ritmos de la naturaleza y dando prioridad a la calidad de la relación en el sistema familiar. Asimismo aplicó la praxis clínica de la vegetoterapia de adultos al periodo de embarazo para potenciar esa etapa tanto en la madre como en el feto. Así por ejemplo, escribíó:

< “La frecuencia y los horarios rígidos de las tetadas no tienen ningún sentido (…) el niño debería poder mamar cuando lo desee (…) El destete debería ser muy gradual y poder ser dejado a la libre elección del niño sin ser impuesto por la madre o cualquier otra persona (…) Tampoco el bebe debería ser apremiado en cuanto a las funciones de evacuación, ni a caminar (…)

< No olvidar jamás que un bebé que llora es un bebé desdichado y que siempre se debe aliviar su sufrimiento para que no acumule estrés y por tanto impronta de tensión muscular (…) El padre ante la posible ansiedad de la madre nutricia debe tomar un papel activo tomando parte en las diferentes y nuevas tareas que incumben a la célula familiar” (Navarro, 1983 b / 1989 a)

< Murió el 12 de Octubre del 2002 en su ciudad natal, Nápoles, donde regresó desde Brasil para morir con sus familiares, colegas y amigos, entre los que tuve el privilegio de encontrarme, y como tal mi agradecimiento por su trabajo y por su “humanidad, honestidad, humildad y humor” es infinito.

< Termino citando algunos de sus pensamientos sobre este tema:

< “Honestamente, lo que puedo decir es que soy muy agnóstico. No creo en nada relacionado con el después de la vida, ni con la reencarnación. Estoy de acuerdo con que la energía de nuestros átomos continúa en el universo, pero no como un yo. Creo en la vida. La muerte, en esencia, no existe, porque como decían los griegos:” cuando la muerte es yo ya no existo”. Yo, Federico, me voy mañana y después todo termina. El concepto de la inmortalidad está ligado -esto no lo digo yo, lo decía Tolstoi, pero estoy de acuerdo- al recuerdo que nosotros podemos dejar. Confrontando la muerte, me preocupa un hecho: las cosas que todavía me gustaría hacer y no voy a poder hacer y también los lazos afectivos que siguen vivos y que cuando muera desaparecerán. Pero la muerte en sí misma es una curiosidad, una experiencia.”(Comunicación personal, citado en Serrano 2004,a)

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